Mujeres y cine

El cine chileno hecho por mujeres toma protagonismo

La reciente nominación de “El Agente Topo” a mejor documental en los premios Oscar ha valorizado las obras femeninas. No solo hacen películas, sino que lideran proyectos educativos y artísticos.


Los números son decidores. Según un estudio de la Universidad del Desarrollo dentro de las películas que han sido vistas por más de 100.000 personas entre 2000 y 2016, ninguna es dirigida por una mujer. A nivel internacional, los datos son similares. La única mujer que en 93 años obtuvo el Oscar a mejor directora es Kathryn Bigelow por “Vivir al Límite” (2008).

Afortunadamente, los tiempos están cambiando. En Chile, por ejemplo, la nominación a mejor documental para los Oscar de “El Agente Topo” de Maite Alberdi no solo es una valorización al cine chileno –que en los últimos años ganó en esos mismos premios con “Historia de un Oso” (2014) y “Una Mujer Fantástica” (2018)-, sino también una visualización del trabajo femenino, permanentemente en una evidente desigualdad dentro del mundo audiovisual. Para Tatiana Gaviola, directora de “La Memoria Incendiada”, prevista para abril y que trata sobre los últimos días del fotógrafo Rodrigo Rojas en uno de los más salvajes crímenes de la dictadura, “a lo largo de la historia del cine no se ven muchas mujeres, pero sí en este último tiempo hay una mayor presencia, sobre todo en la última década. Se ve mujeres sacando buenas películas, y también mujeres teniendo roles protagónicos”. Para ella, la nominación de “El Agente Topo” es una noticia que ayuda a la industria del cine chileno en general, y también, “a las cineastas, a mujeres que trabajan en cine porque visibiliza nuestro trabajo”.

Lissette Orozco, guionista y directora de “El Pacto de Adriana”, sobre la vida de una torturada que era secretaria del “Mamo” Contreras –y, además, su tía- contempla una visión diferente sobre la falta de mujeres en el cine. Perteneciente a una nueva generación, cree que ya no hay tantas diferencias entre hombres y mujeres. “Si eres hombre o mujer da igual en los fondos, ven más el currículum. He sido jurado del fondo chileno , principalmente, ganan mujeres, pero no porque sean mujeres sino porque sus películas son mejores”. Y agrega que, además, se organizan mejor. “En Chile, las mujeres cineastas tenemos un colectivo de mujeres cineastas. Estamos súper empoderadas”.

Diversificando roles

Debido a la pandemia, muchas de las producciones cinematográficas han tenido un fuerte remezón. Algunas quedando paralizadas y otras buscando nuevas formas de financiamiento con medidas sanitarias más estrictas.

Con ello las formas de acercarse al cine han cambiado. El streaming se ha posicionado como una forma de acercar películas a las audiencias. Si hasta 2019, la exhibición de la mayoría de las películas chilenas era una anécdota en términos de venta de entradas, el año pasado con el encierro sitios como Ondamedia.cl –que muestra solo cine local- incrementaron notoriamente sus visitas y revalorizaron el talento local. Para Orozco, “antes las películas se estrenaban por diversos circuitos de festivales, ahora se van directas a internet cuando eran los últimos lugares donde llegaban. El hecho de que “El Agente Topo” haya llegado a Netflix es prueba de ello”. Palabras con las que coincide Gaviola, quien cree que “algo que se va a quedar es el streaming. No creo que las salas se mueran, la experiencia es irremplazable, pero esta nueva experiencia entró y va a quedarse”.

Aunque en 2019 el Gobierno anunció el término de la ayuda estatal a través del BancoEstado para las películas chilenas, la capacidad de organización no ha disminuido. Dominga Sotomayor, directora de “Tarde para Morir Joven” (2018), hizo crowdfunding y se asoció con la empresa privada para crear el Centro de Cine y Creación (CCC), que busca recrear los antiguos cines de barrio y exhibir solo cine nacional. El tumultuoso presente, en todo caso, le ha jugado en contra. Primero, la pandemia y, posteriormente, la pandemia han obligado a posponer un proyecto necesario y que alienta esperanzas de un mejor feedback entre las audiencias y el cine local.

El caso de Sotomayor no es el único ejemplo de mujeres que empujan por llevar el cine a las masas. Desde hace unos años, Carolina Adriazola, directora de documentales como “Harley Queen” (2020) y “El Siciliano” (2018), entre otros, realiza clases de cine gratuitas a jóvenes en sectores del sur de Santiago junto a su pareja José Luis Sepúlveda. “Tratamos de acercar al cine a los barrios populares, que conozcan el cine y lo disfruten. Quizás ahí aparezcan nuevos nombres”, dice sosteniendo la bandera del cine como fenómeno educativo, transformador y cultural. Un área artística en que la mujer cada vez toma más protagonismo.


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