Alan Freed

Alan Freed, el hombre que inventó el rock & roll

Creador del término. Promotor de la música. Organizador del primer concierto. El primer adulto que hablaba directo a los jóvenes por la radio mezclando a blancos y negros. El animador fue también víctima de la cultura que había levantado.


Las grandes orquestas, el alma musical en medio de las masacres propias de la Segunda Guerra Mundial, ya no entusiasmaban a los jóvenes como pasatiempo. Leo Mintz, dueño de la tienda de discos Record Rendezvouz de Cleveland, observa preocupado el descenso en las ventas.

Pero se ha dado cuenta de algo: los chicos bailan espontáneamente cuando en el local ponen discos de rythm & blues. Los años 50 arrancan y conoce a Alan Freed, un disc jockey convertido en pequeña celebridad proveniente de la estación WAKR en Akron, Ohio, donde programaba música de jazz y pop.

Freed ahora vive en Cleveland y busca trabajo. Mintz tiene una idea: auspiciar un programa para el animador donde se emita exclusivamente estas canciones que ambos denominan como rock and roll. Lo ha intentado en seis emisoras, sin embargo ninguna tiene intención de incluir en su parrilla lo que se considera música negra.

El término no era nuevo. Desde los años 20 los afroamericanos lo utilizaban como jerga para referirse a las relaciones sexuales. La expresión ya ha aparecido en una serie de singles, siempre ligados a un ritmo más acelerado, directo y menos puntilloso en comparación al jazz y las big bands.

En julio de 1951, a los 29 años, Alan Freed, nacido en Pensilvania, había dejado atrás sus intentos por ser ingeniero mecánico y la afición por el trombón. A partir de ese momento y utilizando solo un micrófono, va a provocar una revolución cultural. Cada sábado desde las 23:15 hasta las 02:00 AM conduce “The Moondog Rock & Roll House Party” en la estación WJW con Mintz al lado pasándole los discos de su tienda, embelesando a la juventud negra y blanca por igual. No es el único programa del país emitiendo R&B. Pero es el único donde aquella música se llama rock and roll.

En menos de un año el espacio es un verdadero suceso en la Costa Este. El 5 de marzo de 1952, Freed convoca al evento en vivo The Moondog Coronation Ball en el Cleveland arena, con cinco artistas de rock and roll. El recinto, con capacidad para 10 mil asistentes se agotó y otros 20 mil quedaron afuera provocando tal nivel de disturbios al tratar de ingresar, que el show debió ser suspendido cuando aún no concluía la primera canción. De todos modos, la historiografía oficial del rock lo considera como el primer concierto. ¿Por qué llegó tanta gente? Por el estilo de Freed, radicalmente distinto al que dominaba hasta entonces. Utilizaba el apodo Moondog, aullaba, tocaba un cencerro, golpeaba su escritorio con una guía telefónica y hacía comentarios sobre los temas. Para los jóvenes era el tío buena onda que nadie tenía.

El siguiente salto de Alan Freed era la capital del mundo, Nueva York, donde llegó en 1954, debutando el 15 de agosto en la radio WINS. Aunque no pudo seguir con el apodo debido a una disputa legal bautizó su programa como “Rock ‘n’ Roll party” y se convirtió en una celebridad nacional. Entre 1956 y 1959 participó en cinco películas donde siempre encarnaba al adulto que comprendía a los jóvenes, presentando a los artistas que comenzaban a ser conocidos como estrellas del rock and roll, entre ellos Chuck Berry y Bill Haley. Freed organizó conciertos y las primeras giras. Obtuvo su propio show de televisión, “The Big Beat”, WINS le dio un segundo espacio, y semana a semana grababa un programa de 30 minutos para la radio Luxemburgo, dirigido a las audiencias británicas. Era el rey de los medios.

Utilizaba el apodo Moondog, aullaba, tocaba un cencerro, golpeaba su escritorio con una guía telefónica y hacía comentarios sobre los temas. Para los jóvenes era el tío buena onda que nadie tenía.

Alan Freed estaba en la gloria, pero quería más. Como hombre de radio participó de todas las triquiñuelas del negocio en aquel entonces, incluyendo firmar como coautor de singles como forma de pago. En una de las composiciones clásicas de los inicios del rock como “Maybellene” de Chuck Berry -el primer tema de éxito donde el sonido de la guitarra es protagonista-, Freed figura en calidad de compositor aunque no escribió una sola línea. Su figura ya resultaba controversial por alentar esta música que los medios asociaban a la delincuencia juvenil, y fue en ese contexto que un incidente público inició su caída. El 3 de mayo de 1958 en Boston, ciudad acomodada y conservadora, se programó un evento de Freed con rockeros en vivo. Las fuerzas de orden le advirtieron que no podrían manejar el gentío. Freed tomó el micrófono, jugó sus cartas y falló. “Parece que la policía no quiere que la pasen bien”, dijo con sarcasmo. Con el público desbordado, se desataron incidentes en el metro, y Alan Freed acaparó titulares acusado de incitar desórdenes.

A partir de entonces el reinado del disc jockey comenzó a derrumbarse con la misma celeridad de su alza. Abandonó WINS y el 2 de junio de 1958 debutó en la neoyorquina WABC manteniéndose al aire hasta el 21 de noviembre de 1959, cuando se negó a firmar un documento donde aseguraba no haber recibido regalías y pagos bajo cuerda, conocidos ampliamente en el mundo radiofónico como payola. Freed no era el único en esa práctica pero era el más famoso, y eran días difíciles para la industria del espectáculo. Había una sensibilidad extra en el congreso hacia ese mundo tras descubrirse que concursos de televisión de conocimientos como “Twenty One” estaban arreglados, tal como lo muestra la excelente cinta “Quiz Show” (1994) dirigida por Robert Redford y protagonizada por Ralph Fiennes.

Un  subcomité del Congreso llamó a declarar a Freed en abril de 1960. Allí detalló todas sus conexiones con la industria musical. Los pagos los defendió eufemísticamente calificándolos como consultorías. Sin posibilidad alguna de encontrar trabajo nuevamente en Nueva York, se trasladó hasta Los Angeles para desempeñarse como director de programación de la emisora KDAY. No alcanzó a desarmar las maletas cuando fue llamado nuevamente a declarar. El 19 de mayo lo arrestaron en Manhattan, acusado de haber recibido pagos de payola por 116.850 dólares. Liberado siguió trabajando en KDAY completamente alejado de cualquier práctica de soborno, pero aún debía enfrentar más cargos legales y la radio tampoco le apoyó en la organización de conciertos. Fue despedido.

Alcoholizado y deprimido, siguió enfrentando juicios por evasión de impuestos. En el Año Nuevo de 1965 el responsable de la masificación del rock and roll a través de la radio, la televisión y el cine, fue ingresado en un hospital de Palm Springs con una hemorragia gastrointestinal, producto de una cirrosis hepática causada por la bebida. Una insuficiencia renal lo mató finalmente el 20 de enero. Tenía 43 años.