Los chinos ricos

El agridulce final de Los Chinos Ricos

Otro restaurante popular en Santiago que cierra sus puertas. No por la crisis, dicen, sino más bien porque para la familia Yau, concluye un ciclo iniciado a fines de los 70 y que abrió a la masividad una manera de comer “para servir y llevar”, a estas alturas más chilena que china.


Están en proceso de remate: botellas, vajilla, las lámparas que rodeaban el amplio comedor del restaurante. Con los Chinos Ricos no solo se termina un restaurante chino cantonés para servir y llevar, sino que se cierra uno de los comedores pioneros en ese estilo a nivel nacional. Uno que no tiene que ver con la cocina del actual Cantón, sino con cómo esos cocineros y aventureros orientales llegaron a Chile, a Santiago y otras ciudades, a preparar lo que había acá con las técnicas que traían desde Oriente.

El local funcionó desde 1984 hasta este mes en el viejo Teatro Alcázar de Plaza Brasil. Pero habían comenzado antes, en 1978, en la vieja Sociedad de Beneficencia China Chung Wa. Allí empezó a correrse la voz de que en esa casona de calle Maturana del Barrio Brasil, un personaje llamado Genaro Yau, no solo le guardaba las fichas del garito que mantenían por esos años, sino que cocinaba. Y lo hacía distinto. El mito de “Los Chinos Pobres” llegó a oídos de un periodista de diario, que nota mediante los lanzó a la fama aunque por poco tiempo. Sin patentes, el local cerró, para reabrir años más tarde pero como “Los Chinos Ricos”, porque la sociedad, orgullosa, vio en la marca un mal nombre.

Así hasta ahora en que “no cerramos por la pandemia, sino cumplimos un ciclo que cerramos con tranquilidad”, dice tras una mascarilla de papel Ana Yau, hija del fundador del restaurante con cierta resignación que sus ojos no pueden negar. Y por cierto que la crisis del Covid-19 arrastró su economía, solo que adelantó decisiones, hoy convertidas en una certeza evidente. Pero la dinastía familiar prosigue, unas cuadras más al poniente, en Ricardo Cumming 163, donde funcionan Los Ricos Pobres, el emprendimiento del hijo menor de Ana, que despacha sin prisa ni pausa un menú idéntico al de Plaza Brasil; “con los mismos cocineros que tuvimos acá”, cuenta. Nacer y renacer.

Es cierto que hubo varios locales más antiguos que los de la familia Yau, pero sí fueron a través de “Los Chinos Ricos” uno de los primeros en dar a conocer de manera masiva este tipo de comida, a estas alturas parte del patrimonio culinario nacional: la chifa chilena. Lograron masificarla en un momento en que una clase media que surgía por Santiago y el resto de Chile de inicios de la década de los ‘80. Momentos en que “ir a un chino” o “a una parrillada”, significaba parte de la -ahora- modesta etiqueta ochentera al momento de comer fuera. Una sensación que perdura, pese a los centenares o miles de comederos chinos repartidos por el país.

A su manera hicieron historia.