Matiah Chinaski

Crédito de la imagen / @fredysotovillar

Matiah Chinaski: «Hoy no me bañé»

El músico local más prolífico de la última década –junto a Cristóbal Briceño de Ases Falsos- brinda un álbum inspirado en Tom Waits y en clásicos del hip hop, alzando la bandera de la consistencia artística y un inagotable aprecio por la belleza del lenguaje.

por Martín Guerra


En la última década, pocos músicos chilenos poseen la constancia laboral de Matiah Chinaski. Bajo su propio nombre o colaborando junto a otros artistas, el rapero de Conchalí ha consolidado una carrera lejos de las primeras planas de los medios y la masividad, pero curiosamente con mayor repercusión en el exterior.

Chinaski es periodista y se le nota. En sus líricas, otorga una especial preponderancia al uso del lenguaje, busca sacarle brillo a las palabras describiendo una realidad que tiene que ver con su entorno o con lo que acontece en Chile, siempre con una naturalidad que fluye sostenida y con gracia. Aparecido en febrero pasado, “Hoy No Me Bañé” -posteriormente publicó singles en colaboraciones y, hace unos días, el interesante EP, “De Aquí a Mañana”- es un álbum de rimas callejeras, con referencias pop con sampleos a clásicos como Cantinflas y El Chavo del Ocho, entre otros, e ideas que reflexionan sobre el estallido social de octubre pasado.

El flujo permanente y continuo de trabajo ha logrado que Chinaski evolucione rápido en su música. Su mapa artístico viaja en distintas direcciones e influencias lo que fortalece su identidad creativa. En este álbum, por ejemplo, Tom Waits es evocado con fuerza en la melancólica “Por ahí (Por Recoleta en otra versión)”, un tema taciturno y en baja fidelidad sobre un amor perdido –que recuerda al disco “Alice” (2002) del bardo estadounidense- y en “Fantasma amigo”, una juguetona marcha de inspiración nocturna junto a La Brígida Orquesta, otra de las bandas en las que participa.

«Hoy no me bañé» fue publicado en febrero de este año.

“Delirio gourmet” se mira en el espejo que cruza a Tiro de Gracia con Madlib, una combinación de sonidos frescos, auténticamente hip hoperos y de inspiración clásica, coquetea con la sensualidad romántica junto a Anita Tijoux en “Idiotas” y alcanza su peak en “Memoria querida”, un trip hop en clave cannábica que envuelve con un coro hipnótico y, sobre todo, en “Falta confor”, un alegato –y también una fotografía- bailable sobre las diferencias entre los buenos y malos hiphoperos. La baja exposición masiva de Chinaski, a la larga, ha funcionado como un pilar de su evolución y poderío lírico y melódico que, quizás, no hubiese alcanzado si fuera una estrella. Una paradoja, es cierto, pero también un método que lo llevará tarde o temprano a estar en el podio de la popularidad de los músicos de su generación.