Denis Johnson

«Ángeles derrotados»: los perdedores se van al matadero

La primera novela del fallecido Denis Johnson, es un libro incómodo y despiadado. Casi una road movie con personajes que avanzan en fila india hacia un precipicio oscuro, ubicado en el patio trasero de los Estados Unidos.

por Rodrigo Morales y R. Vera


En la contratapa de la edición en español de esta, la primera novela que escribió Denis Johnson en 1983, una cita de un comentario resume el tono y la manera en que está urdido el argumento: «… un lenguaje de distorsión expresionista».

No es una impostura o un truco. Johnson (1949 – 2017), que vivió en lugares tan disimiles como Munich, Manila o Tokio, viste su prosa con poesía para ocuparse de personajes y entornos propios de la realidad más sucia y decadente de la Norteamérica, una que no se promociona en folletos para turistas. A diferencia de Raymond Carver y más en conspiración con Cormac McCarthy, Johnson, cuando va relatando la vida sin futuro de Jamie y Bill Houston, consigue dejar casi en cada párrafo, pequeñas piezas de metáfora y versos camuflados por el espanto.

Se trata de dos seres humanos en el esplendor de su decadencia, que arrastran cada uno un peso incómodo para ellos y para el que lee; de sus hijas y frustraciones en el caso de Jamie, y de las adicciones y la mala suerte en el caso de Bill.

Estos perdedores navegan en aguas turbulentas, feroces, de las cuales salen mal parados. En ese ámbito de constante peligro, el personaje de Jamie nos resulta particularmente frágil emocionalmente, psicológicamente a punto de estallar por las circunstancias que la rodean y que por supuesto la llevan a aferrarse a cualquier cosa que pueda darle algo de sentido a su desdichada existencia.

Ese es el rol que juega Bill, un tipo que guarda en su interior un animal salvaje que no sabe comportarse en la vida real, y que solo encuentra consuelo en sus viajes por el país tratando de hallar un lugar en el mundo. Como la única opción es avanzar a la defensiva, desde el primer encuentro entre ambos, bebiendo en los asientos más apartados de un bus interurbano, se forja una relación que irá hundiéndose en un abismo de incomodidad y brutalidad, una idea que el autor fija sin temor y que no tranza con el tono de dureza que también impone a su narrativa.

En este punto, la familia de Bill tiene una presencia activa en el desenlace de la historia. Se trata de acontecimientos que serán un descenso a los infiernos personales de todos, cobrando el pago adeudado por las malas decisiones propias y ajenas.

La sensación de derrota es opresiva para sus personajes. Para ellos puedes desear menos castigo, un poco de compasión, pero así no funcionan las cosas en «Angeles derrotados». En este libro los seres humanos, incapaces de ver mas allá de sus necesidades inmediatas, son castigados por un mundo que no tolera el fracaso, y que obliga a buscar soluciones poco éticas a la vista de la gente común.

El colapso de las vidas retratadas es inevitable y deja al lector como testigo de un combate que desde un comienzo es una paliza. Aquí, la inocencia ha sido enterrada y olvidada para entregarnos una novela que apesta a perdición y a un lenguaje que le habla a los marginados con un mensaje claro: la existencia para algunos es implacable y su dolor impacta de forma inevitable en el alma humana, te quedas a la deriva en un mar que es severo con sus viajeros, quienes navegan poco preparados para este rito de perdición sin pausa.

Denis Johnson

Fue un escritor estadounidense conocido por su colección de relatos «Hijo de Jesús» (1992) y su novela «Árbol de humo» (2007), ganadora del National Book Award. También escribió obras de teatro, poesía y ensayo.