Phil Spector

UNSPECIFIED - CIRCA 1960: Photo of Phil Spector w/Ronnie Bennett (Spector) recording (Photo by Ray Avery/Redferns)

Phil Spector, el excéntrico revolucionario de la música pop

Creador del llamado muro de sonido, el productor de discos de Ike y Tina Turner, The Beatles, Ramones y Leonard Cohen, entre otros, estaba preso por asesinato y hace más de 40 años que no tenía un éxito. Falleció de Covid a los 81 años.


En sus últimos años, Phil Spector reconoció que estaba perturbado. “Tengo que luchar todas las noches con diablos en mi cabeza”, decía reconociendo que se medicaba. Su desequilibrio se podía entender. Su padre, un judío pobre del Bronx, se suicidó cuando Phil tenía 9 años. Su hermana pasó en institutos siquiátricos desde adolescente. Y su madre cumplía una doble función: era la mujer que lo mimaba, pero también quien le hacía más bullying.

Phil Spector, quien murió el sábado a los 81 años por Covid en un hospital de California, dio tempranamente en el clavo. Tenía 19 años cuando publicó junto a su banda, Teddy Bears, su primer hit: “To know him is to love him” (1958), un título inspirado en el epitafio de su padre. Esa canción tan melodiosa como pura lo hizo ganar un millón de dólares. Intuitivo, no participó más en bandas y se dedicó a producir, fue dueño de su propio sello discográfico y compró los derechos editoriales de las canciones en que trabajaba. Su método de trabajo era específicamente adolescente: sus letras se reducían a enamoramientos vs rupturas, a romanticismo y sexo que eran cobijados por arreglos elegantes y fastuosos, que él mismo definió como “wagnerianos”.

Durante la primera mitad de los 60 publicó más de dos docenas de éxitos. En Nueva York y Los Angeles aprendió los mejores trucos de la producción, se rodeó de reconocidos letristas y su trabajo puntilloso –que en ocasiones reunía a 40 músicos tocando al unísono- lo hicieron más famoso, incluso, que los artistas a los que grababa. Bandas como The Crystals, Darlene Love, The Ronettes y The Righteous Brothers, entre otros, alcanzaron la gloria gracias a su pop orquestal que fue bautizado como “el muro de sonido”.

Spector era una marca. Comprendía que para hacer un mejor pop era necesario hacer álbumes de gran sonido. La aparición de The Beatles y el sello Motown, sin embargo, lo hizo prescindible. La música estaba cambiando y el productor jugó sus cartas. Grabó el excelente “River Deep-Mountain High” de Ike & Tina Turner y fue un fracaso en su país. Con su carrera prácticamente en el suelo a los 25 años, quedó desolado. Se quiso retirar y aventuró una carrera en el cine: fue un traficante de drogas en “Easy Rider” (1969), la emblemática película hippie de Dennis Hopper.

Disparos al techo

Su mito lo hizo volver en grande. Quiso trabajar con Rolling Stones, pero fueron Los Beatles quienes le dieron una oportunidad. A través del manager Allen Klein -y con la negativa de Paul McCartney-, John Lennon le entregó las cintas de “Let It Be” (1970) para que las produjera. Spector era excéntrico, pero sumiso con las grandes estrellas. A todos los Beatles, salvo el bajista, les parecía un loco lindo. En un viaje de Nueva York a Londres, Ringo Starr dijo que el productor había caminado durante todo el trayecto por su temor a los aviones. Su buena relación hizo que produjera “All Things Must Pass” (1970), el debut solista de George Harrison, y la mitad de los álbumes de John Lennon. Los excesos de alcohol y, aparentemente, drogas trastocaron aún más la personalidad de Spector. Durante la grabación de “Rock’n’Roll” (1975) y disconforme con el trabajo del ex Beatle, disparó cuatro veces en el techo. Su mansión de veinte habitaciones en Los Angeles se transformó en una fortaleza con cámaras de seguridad, guardias armados y perros amaestrados. Para la grabación de “Death of a Ladies’ Man” (1977) de Leonard Cohen le puso una pistola en el cuello. Cuando el canadiense se atemorizó, Spector le respondió “te quiero, Leonard”.

Con los Ramones la experiencia fue similar. En la primera reunión con la banda para su último éxito, el álbum “End of the Century”, encañonó al bajista Dee Dee. Días después y tras cuatro horas tocando el mismo acorde para el tema “Rock’n’Roll High School”, su víctima fue Johnny Ramone. Cuando el guitarrista acusó cansancio y quiso irse, el neoyorkino lo amenazó con dispararle. “No le tengo miedo a alguien que usa peluquín”, fue la respuesta del músico.

Perdido en la locura, los años siguientes fueron opacos para Spector. Sin clientes y con una fama de abusador, solo recobró vigencia en 1989 cuando pronunció un discurso absolutamente borracho en su ingreso a los “Hall of Fame” y, al año siguiente, cuando su ex mujer, Ronnie Spector, la ex Ronettes, publicó una autobiografía que profundizaba en la demencia de su ex marido: cuando viajaba a otra ciudad, obligaba en las noches a su esposa a poner el teléfono a su lado para sentir su respiración.

En 2003, poco antes de asesinar en su mansión a Lana Clarkson, una actriz de películas B con un disparo que entró por el paladar y le destrozó varios dientes –con una pena de 19 años de cárcel-, Spector firmó su último trabajo. Gracias a las gestiones de su hija Nicole, grabó dos temas para el álbum “Silence is Easy” de la banda inglesa Starsailor. Había dejado los guardaespaldas y los reemplazó por siquiatras. Pero estaba totalmente desafectado de la realidad. Un día, alabó las zapatillas del cantante. “Son las últimas Reebok”, recibió por respuesta. Nunca había escuchado esa marca.